Tienes un producto genial, y una tienda increíble. Clientes a montones. Ahora toca enviar el producto. ¿Cómo vas a hacerlo? Existen varias consideraciones a la hora de elegir y preparar el packaging o embalaje de tus pedidos:
- Ha de ser lo suficientemente resistente como para llegar a las manos de tu cliente en perfecto estado. ¿Has probado a enviarte un paquete de tu empresa a ti mismo? ¡Hazlo! En el mejor de los casos, llegará de forma parecida a cómo salió. Pero quizá te sorprendas de lo sucio que llega, si llega mojado en un día de lluvia, más “blandito”… ten en cuenta que entre tú y tu cliente hay cintas clasificadoras, carretillas, furgonetas, camiones o trenes, aviones, lanzamientos de bultos a discreción…
- Por otro lado, ha de ser ligero. Sobretodo si con determinados productos nos encontramos en el umbral de una franja de peso u otra. En el caso de que realices bastantes envíos a diario, echando cuentas, será importante ajustar las franjas al máximo, y no estar por ejemplo, entre 1 y 2 Kg, si hay posibilidad de estar por debajo de 1Kg. Más barato, claro!
- El embalaje ocupa espacio: cuenta con ello. A menudo, realizamos tiendas online para clientes que trabajan desde su propia casa: artesanos, handmakers… Aunque las cajas de cartón puedan plegarse, siguen ocupando espacio. Una solución estándar para el envío es caja de cartón + burbuja. Sea como sea, haz un hueco a todo este material.
- Poca manipulación: es conveniente que el proceso de preparación de pedidos sea lo más rápido posible. Para ello, tienes mil soluciones en el mercado, más o menos baratas, que te facilitarán diferentes resultados. No es lo mismo cortar un rollo de burbuja día a día, que por ejemplo, tener planchas de burbuja ya cortadas de fábrica, con el tamaño idóneo.
- Diferentes productos = diferentes tamaños. Si tu stock es variopinto en cuanto a tamaños, fragilidades etc., puede ser que necesites tener embalajes y packaging diferentes para cada uno de tus productos que así lo requieran. Aquí, debes hacer una buena labor de análisis de costes y estudiar bien si compensa reducir el número de packaging diferentes a tu disposición y enviar, por ejemplo, productos más pequeños en cajas sobredimensionadas, con el incremento de precio en el envío, el ahorro que ha supuesto comprar al por mayor vuestro packaging, simplificación de referencias y procesos etc.
- Crea una buena experiencia de usuario: al igual que hacemos en las tiendas online, crear una buena experiencia de usuario es igualmente importante en el envío y en la posterior atención al cliente. En la parte que respecta al packaging, puedes, por ejemplo, optar por modelos más atractivos y personalizados. Costará algo más, pero ayudará a reforzar la confianza y buena imagen que el cliente tiene de tu empresa. Puedes también, tener un pequeño detalle con el cliente, enviando por ejemplo una carta de agradecimiento en el interior, unos caramelos o cualquier cosa que haga que el momento de la recepción y apertura del paquete sea amable. Imagina que tu paquete llega en mal estado; si tu cliente te llama tras haber leído una nota en la que se agradezca la compra, se den facilidades e información para ponerse en contacto en caso de que quiera notificar alguna incidencia, y si además, está comiendo un caramelo que tú mismos le has metido en la caja, probablemente el tono sea mucho más amable de lo que podáis imaginar. Y ten por seguro que si la atención al cliente posterior es buena, ese cliente hablará maravillas de vosotros.